Ha estado circulando una foto de un señor impulsador de una marca de lácteos (Danlac) en un conocido supermercado en Plaza San Miguel. Lo interesante del caso es que este señor pertenece a la tercera edad.
Es sorprendente porque no hay muchos precedentes a este caso. Las empresas peruanas (y lo resalto porque es cierto) son mas que discriminadoras en muchos aspectos en el mercado laboral. Pero bueno, no voy a hablar de ese tema ahora, lo que me interesa es que este pequeño gesto por parte de la empresa es un gran paso y ejemplo de justicia e igualdad para todos los seres humanos.
Se nos ha hecho cotidiano excluir a la población más vulnerable de casi todo, incluyendo el trabajo y necesidades básica. El hecho de llegar a una edad avanzada no significa convertirte en un inútil o desahuciado y ser marginado a tal punto de no ser considerado una
ser humano. Porque ese es el trato que reciben los ancianos, de seres inútiles e invisibles. Y digo en el Peru porque aquí se encuentran prácticamente desamparados. Si un anciano no tiene familia ni hogar se va a encontrar en la más profunda miseria y soledad y las calles se encargaran de convertirlo en mendigo o (con suerte) vendedor de caramelos y la muerte será su sombra en su día a día. No hay leyes ni organismos que los amparen. Creo que en Lima hay solo 2 asilos, nada más. Sin embargo la realidad es alarmante, te has percatado de cuantas veces te topas con un anciano-mendigo en un solo día???
Navidad puede que sea la época más triste del año para aquellos que no tienen familia y hogar, pero es mucho mucho más triste cuando no tienes nada de eso y además nadie se acuerda de ti.
Por estas fechas es casi un hábito hacer obra social; ya sea
chocolatadas y/o entrega de regalos a los niños. No digo ni creo que esté mal; toda labor social es positiva, sin embargo todos los años en todas partes se hace lo mismo para la misma población: los niños. La navidad prácticamente les pertenece, pero estoy casi segura que quienes más la merecen son los adultos mayores. Los regalos son distracciones y hasta rozan lo frívolo a veces, en realidad el momento es lo más importante pero si de ayudar se trata hay que hacerlo de manera equitativa y con aquellos que realmente lo requieren y si es con cosas de básica necesidad como ropa, frazadas, comida, pañales, mucho mejor!
Esto es un granito de arena, el año tiene 365 días y cada uno de esos días hay que comer y vestirse. Pero aunque se haga esto un solo día se puede cambiar una vida. Y eso es bastante ! Recuerda: todos vamos a llegar a esa etapa, todos vamos a envejecer y tratar a los ancianos como cosa de otro mundo o leprosos lo único que va a poner en e evidencia es muestra incapacidad para entender a la naturaleza humana. El hecho de estar pasando por sus últimos años de vida no nos da el derecho de verlos ya como muertos. Los niños no van a sufrir traumas si se quedan sin regalos, ni tampoco sufrirán desnutrición si no toman chocolate y comen panetón
(Al contrario eso les haría mucho bien, jaja). Pensemos pues en cómo sería si nosotros estuviéramos en el lugar de cualquier anciano desamparado. Ahí, nuestro punto de vista cambiaría por completo ...... Y tal vez para siempre.....